El mal tiempo puso a prueba ayer a la Virgen del Rocío y el fervor que cientos de melillenses le muestran en su tradicional Romería. El fuerte viento del sábado pasó el relevo a la lluvia con la que amaneció la jornada dominical. Pero el agua no arruinó la alegría de los fieles de la Blanca Paloma, que en las casi cuatro horas de camino que emplearon para llegar a los Pinos de Rostrogordo vieron cómo el sol salió a media mañana para quedarse durante todo el día.
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La lluvia no logra empañar la multitudinaria y alegre Romería en honor a Rocío
